El otro día reflexionábamos sobre estos dos últimos cursos escolares, atípicos sin lugar a duda, y poníamos el foco en la labor del profesorado, siendo conscientes del esfuerzo y el agotamiento que ha supuesto y está suponiendo. Hoy, para entender mejor la convivencia y las relaciones en los centros escolares, nos toca poner la mirada sobre la infancia y la adolescencia, y reconocerles a ellos y ellas también, el esfuerzo y el agotamiento que les ha supuesto y les está suponiendo toda esta situación.
Desde que comenzó la pandemia, muchos expertos ya anunciaron las posibles consecuencias que esto tendría en la salud mental, sobre todo en la de los adultos. Sin embargo, la salud mental de los y las más jóvenes, parecía que no se iba a ver afectada, tras el mensaje de que los pequeños se adaptan a todo. Y quizás sí, se adapten, como todos, aunque eso no quiera decir que no lo estén pasando mal. Parece que poco a poco va asomando la cara “b” de la pandemia y las restricciones, dejando ver que los casos de ansiedad y depresión en los y las más jóvenes han aumentado, así como los trastornos alimenticios, concretamente la anorexia, y las prácticas autolesivas.
Sin irnos a situaciones tan graves, ni tan llamativas, día a día nuestros/as alumnos/as nos van dejando pequeñas pinceladas, no tan visibles de su malestar. Es por ello que aquí os dejamos una entrevista realizada a Jon Ziarsolo (miembro de la asociación Harremanak) y Estitxu Arozena (profesora de bertsolaritza) por la revista Argia, que esperamos sea de vuestro interés y os ayude a acercaros y a hablar con vuestro alumnado sobre su mundo emocional.
Os recordamos que desde el servicio de Aizu! estamos para acompañaros y asesoraros en lo que necesitéis.