Qué difícil es sentirse bien cuando parece que lo más importante en esta vida es tener un cuerpo “danone”, ir a la moda o ser guapos o guapas…
¡Mira que lorza me ha salido! Me tengo que poner a dieta, ya!!”, “¿Has engordado este verano no?, el jersey te queda mucho más estrecho” “¿has visto que delgada está Leire?, no tiene ni culo” “ ¿Mikel? Pero si está fofo!!”
Parece como si todo el mundo tuviera que tener el mismo cuerpo… lo que hace que empecemos a tener complejos y nos sintamos fatal…”
La moda nos marca qué pantalones tenemos que llevar (piratas, de tiro bajo, de campana…), que peinado (rastas, largo, corto, rizado…) e incluso el cuerpo que tenemos que tener…
– El cuerpo de chica: hasta hace un tiempo, la moda marcaba un cuerpo lleno de curvas y rellenito. Ahora más bien lo contrario (recto y sin curvas en las caderas, la barriga o en el culo…) misión imposible porque las chicas tenemos curvas ( es la gracia del cuerpo de chica).
– El cuerpo de chico: salido del gimnasio, marcando bíceps, depilado, viril, macho ibérico…
Tener el cuerpo de moda o no, no depende tanto de lo que nosotros hagamos, sino de lo que nos ha tocado tener… que suele tener que ver con el que tienen nuestros padres.
Es cierto que a veces, nuestro malestar puede ser justificado, ya sea porque estamos demasiado gordos/as (obesidad) o demasiado delgados. Y eso ya no es una cuestión de modas sino de salud (física o mental)…
– Si tenemos demasiados kilos, sufre nuestro cuerpo y nuestra cabeza. Empezar un régimen y hace ejercicio nos puede ayudar, pero en manos de nuestro médico.
– Si estamos demasiado delgados/as, también nos podemos sentir mal…no llenamos los pantalones, no marcamos culo, tenemos mala cara…El médico nos dirá qué podemos hacer para ganar unos kilos de manera sana.
Otras veces tenemos un cuerpo normal y nos gusta…sin embargo son los demás los que nos hacen sentir mal y acabamos creyendo que nuestro cuerpo no está bien como está.
En las tiendas de ropa, a los maniquíes les queda siempre bien la ropa que les ponen… ¿por qué?, pues porque están hechos para ello. No son personas, son piezas de plástico, por eso la ropa a nosotros y nosotras no nos queda igual.
¿Te has preguntado alguna vez por qué solo queda la talla 36 de los pantalones que te gustan? ¿No será porque casi nadie usa esa talla?
¿Por qué tenemos que sentirnos mal si usamos una 42 o una 44 si esa es nuestra talla? ¿Por qué no hacen maniquíes que vistan con esas tallas si en realidad son las que más usamos?